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Pastora, Apicultura, Agricultura, Granjera, Ganadera… Cada vez es más raro ver personas dedicadas al sector rural debido al aumento de la automatización de procesos. A pesar de esto, es un estilo de vida que muchas mujeres desarrollan. Como comentamos, si ya de por sí actualmente es inusual el contacto con gente que dedique su vida al medio rural, (aunque la tendencia social está de vuelta a la búsqueda del éxodo rural) las mujeres por naturaleza, se han visto profesionalmente aún más invisibilizadas en este sector. 

El trabajo de tres de cada diez mujeres del ámbito rural no se refleja en la titularidad de las mismas. En el año 2009 en España, existían 646.403 hombres titulares de explotaciones agrarias, frente a tan sólo 283.291 mujeres.  Según datos de la Fundación Hazi, en Euskadi están registradas 12.699 explotaciones, asociadas a 21.796 personas titulares, y de esas personas, el 34% son mujeres.

Gracias a ellas podemos decir que en Kaiku, por ejemplo, hay representatividad femenina respecto a los hombres ¿Pero conocéis los antiguos trabajos rurales desempeñados por mujeres? Seguro que hay muchos, pero en Euskal Herria particularmente hay tres distintivos: Las sirgueras, las cargueras y las arrantzales. Empleos de gran esfuerzo físico y raramente reconocidos. Te explicamos los tres a continuación: 

 

Sirgueras

Las sirgueras se dedicaban al remolque de barcos que entraban por la ría de Bilbao. Se situaban a lo largo de la ría, para adentrar las embarcaciones con la única ayuda de una cuerda gruesa conocida también como “sirga” de ahí el nombre de la profesión. Solo hacían uso de su propia fuerza física, pero les ayudaba el ponerse en fila y tirar todas “a una”. Esta labor era desempeñada por mujeres ya que salía más rentable que cederle la profesión a los animales. De esta forma introducían en la ría de Bilbao los barcos que quedaban encallados debido a las arenas y lodos de la ría.

 

Cargueras

El trabajo de carguera hse hizo habitual con el auge de la industrialización y las actividades portuarias relacionadas con el desarrollo económico de la zona. Las cargueras estaban divididas en tres categorías, aquellas que tan sólo se encargaban de llevar el dinero de las transacciones comerciales, las que se dedicaban a transportar bacalao, el pescado autóctono del norte y, por último, las que se dedicaban a la carga de minerales para la contrucción.

Las cargueras con mayor responsabilidad estaban mejor conocidas ya que se encargaban de llevar el intercambio de dinero de las transacciones entre los dueños de los barcos y los comerciantes. Muchas de ellas necesitaban algo más de dinero para vivir y por ello tenían que ampliar sus horas de trabajo  con la limpieza y barrido de almacenes.

 

Arrantzales

Las arrantzales eran mujeres que trabajaban en los puertos pesqueros de Euskal Herria. Había diferentes figuras, las neskatilas, las rederas, las sardineras.. Cualquiera de esos empleos forma parte de la tradición marinera vasca y cada una desempeñaba una función diferente.

Habitualmente eran familia de los marineros: esposas, hijas o hermanas que se encargaban de recibir los barcos cuando llegaban a puerto. Ellas llevaban a cabo labores como la descarga de los barcos o comercializaban con los productos recogidos por los pescadores. Las rederas por ejemplo, se encargaban de arreglar o fabricar las redes y en ocasiones, otros aprovisionamientos que necesitaban los arrantzales para poder pasar varios meses fuera de casa, en alta mar.

 

Todas las profesiones han requerido un doble esfuerzo por parte de las mujeres, tanto para que se les permita desempeñarlo y como para obtener reconocimiento social a partir de él. Es importante preservar la educación  y divulgación de conocimiento en torno a estos empleos para que las nuevas generaciones reconozca el esfuerzo que hicieron nuestras antepasadas vascas en la lucha por la igualdad.