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Llega el día más importante del año para los donostiarras. Es momento de quitarle el polvo a los trajes de aguadora, sacar los barriles y el gorro de cocinero. El 20 de enero es un día único en la capital guipuzcoana, las calles se llenan de cocineros y soldados ataviados con barriles y tambores tocando, entre otras muchas, piezas compuestas por Fernando Sarriegui. Pero, ¿sabéis cómo comenzó esta tradición? ¡Os lo contamos!

 

Esta tradición comenzó durante la etapa de la ocupación napoleónica, entre 1808 y 1813. Se dice que la tradición nace de la imitación de las aguadoras que se burlaban del sonido de los tambores militares y tocaban los barriles a modo de burla mientras esperaban su turno para llenar los cubos. Pero, la realidad es mucho menos épica. 

 

En realidad, la tradición nace en el seno de la burguesía que quería una fiesta que anunciará el Carnaval. Así, eligieron la fecha del patrón de la ciudad para recorrer las calles de madrugada tocando con barriles la marcha zortiziko para anunciar la sokamuturra de ese día de fiesta. 

 

Esta primera Tamborrada salía cada año, a las tres y media de la mañana de la Sociedad “La Fraternal”, que estaba en la subida al Castillo. La Tamborrada daba comienzo al ciclo de fiestas del invierno que duraba hasta el Entierro de la Sardina, el martes de carnaval. Por eso, en un primer momento, iban vestidos de carnaval y tocaban con latas, maderas y cubos. 

 

A las primeras canciones se sumaron las escritas por Sarriegui que, a día de hoy, componen el repertorio de la Tamborrada. Cuando se fundó la Unión Artesana, en 1870, comenzaron a incorporarse los tambores, uniformados cómo las tropas napoleónicas. De hecho, en 1881 el Ayuntamiento de San Sebastián regaló a las sociedades gastronómicas los uniformes de las tropas napoleónicas que se guardaban en el consistorio. 

 

La figura de los cocineros empezó a darse porque la mayor parte de las sociedades que participan son gastronómicas y así, se creó la combinación de cocineros y soldados. Los cocineros llevan los barriles imitando a las aguadoras que hemos mencionado anteriormente, que tocaban sus cubos como hacían los tambores de los militares en los cambios de guardia.

 

Posteriormente se fueron sumando más tamborradas y con ellas más uniformes de ejércitos como el francés, el inglés, el español y portugués. Y, así se estableció esta tradición en la Bella Easo. Desde entonces, todos los 20 de enero la ciudad se llena de tambores y barriles para festejar que 

 

Hasta 1980 las mujeres no podían tocar en las tamborradas ya que tampoco podían formar parte de las sociedades gastronómicas. Pero, este año surge la primera tamborrada mixta de la mano de Kresala Elkartea que introduce por primera vez en sus filas a mujeres aguadoras. Es en 1982 cuando la tamborrada Eskaut Gia, las mujeres empiezan a tocar sin importar el papel, podían ser tanto barril como tambor. 

 

Hoy son ya 151 las tamborradas que recorren las calles de San Sebastián y exceptuando 10, todas son mixtas. La tamborrada se vive en cada calle donostiarra, ¡os esperamos! ¡Goazen danborra jotzera!

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